Nunca se me había ocurrido que podía hacer licor en casa. Me parecía algo complicado, misterioso y casi ilegal :D.
Imaginaba alambiques de precaria fabricación y más dudosa seguridad escondidos en garajes fríos y oscuros, en sótanos húmedos y llenos de mugre, en cobertizos destartalados situados en la parte trasera del jardín. Lo sé … ¡demasiada Agatha Christie! Sigue leyendo